Los diez mandamientos para que las empresas no 'pequen' en los mercados
El purgatorio financiero está repleto de sociedades que no han cumplido el reglamento divino. La gula, la avaricia o la soberbia ha llevado a más de una a pagar con caídas sus pecados. Y es que las empresas cotizadas no se libran de la tentación. Estar en bolsa supone entrar en otra categoría. No sólo conduce a la compañía hacia la tierra prometida de una financiación ajena a la de los bancos, sino que también le otorga notoriedad.
Y si la primera ventaja le puede inducir a cometer pecados como la gula (pidiendo dinero constantemente a los accionistas mediante ampliaciones de capital) o la avaricia (no pagar dividendos para acumular más y más reservas), la segunda le puede hacer caer en la pereza (una vez que se han colocado los títulos, ya no hace falta cuidar a los accionistas) o en la soberbia (estar por encima del bien y del mal y menospreciar la opinión de los analistas).
Para evitar estas tentaciones y huir de los pecados, las empresas pueden seguir unos mandamientos que les guiarán hacia el cielo bursátil. Su incumplimiento, por el contrario, amenaza con reducir sus títulos a cenizas en el infierno de los parqués. ¿Exagerado? El purgatorio financiero está repleto de sociedades por no haberlos tenido en cuenta. Éste es el decálogo que debe respetar.
El decálogo
1. Amarás a tus accionistas sobre todas las cosas
El accionista es el mejor aliado de una compañía. El apoyará las decisiones y facilitará el crecimiento, siempre y cuando la dirección le tenga en cuenta. Este primer mandamiento lo ha seguido a rajatabla la siderúrgica Acerinox (ACX.MC ), que siempre ha incrementado su retribución, a pesar de la alta ciclicidad de sus cuentas -han llegado a caer más de un 30% en un año-.
Sin embargo, no se puede decir lo mismo de Colonial, que en pleno proceso de reestructuración de su deuda tuvo un ataque de avaricia multiplicando el sueldo de sus consejeros por cinco: de 1,68 millones en 2006 a los 6,2 millones de 2007, mientras que sigue sin mimar a sus accionistas con dividendos.
2. No te tomarás el plan estratégico en vano...
... O sufrirás por ello. Un plan estratégico es la hoja de ruta que seguirá la empresa en los próximos años. Y para los analistas e inversores es como la Biblia. Por eso, no cumplirlo se paga, y en algunos casos, muy caro.
Que se lo pregunten a Jazztel (JAZ.MC ), que ha pecado en los últimos ejercicios con varios cambios en sus proyectos de crecimiento, que han minado la fe del inversor. La empresa presidida por Leopoldo Fernández Pujals revisó a la baja en dos ocasiones su plan de expansión. Si en 2004 aseguró que conseguiría en tres años un beneficio neto de 50 millones, ahora esas cifras no se esperan ni para 2009, que es cuando se calcula que sólo el resultado operativo -sin descontar impuestos- estará entre los 40 y los 50 millones de euros.
Y por ahora la penitencia es dura: desde la entrada de Pujals, en septiembre de 2004, el valor ha caído un 18 por ciento y desde los máximos que tocó cuando realizó la primera promesa se desploma un 81%.
3. Santificarás el dividendo
¡Y no es para menos! Ésta es la única retribución dineraria que la empresa entrega de forma directa a los accionistas, por lo que se considera casi un sacrilegio suspenderlo. Aunque ahora todas las compañías del Ibex (IBEX.MC ) miman a sus socios con diversos pagos, no siempre ha sido así. Repsol (REP.MC ) redujo considerablemente la paga anual en 2002, ante el efecto Tango, por la recesión argentina, que trajo la devaluación de la moneda y supuso la mayor crisis jamás vivida en la compañía. La petrolera recortó el dividendo de 0,52 a 0,21 euros, una situación que fue penalizada en mercado con una caída del 23 por ciento en ese año.
El dividendo se considera como una retribución propia de compañías estables y con resultados solventes y además sirve de baremo para incluir o no a una sociedad en carteras de fondos de inversión.
4. Honrarás a la comunidad financiera...
...Como a ti mismo. Las firmas de inversión elaboran las previsiones sobre la compañía a raíz de los resultados, presentaciones y reuniones que tienen con el equipo directivo. Con la opinión de varios expertos se crea el precio objetivo del consenso de mercado, un baremo vital para que el inversor conozca si una empresa es una buena oportunidad de inversión o no.
Sin embargo, a Astroc (AST.MC )-hoy llamada Afirma- se le olvidó obedecer este mandamiento y todavía lo purga en el parqué. Y es que el mercado no ha perdonado el desliz de la empresa al no explicar su proyecto de crecimiento a los analistas financieros desde su estreno en 2006. "Se creó tal situación, que nadie conocía qué soportaba el valor de la empresa. De hecho, todavía no existe precio objetivo", dice un experto que no quiere ser citado. En los dos años que lleva en bolsa no ha conseguido tener firmas de inversión que valoren la empresa. Todavía no existen previsiones sobre sus ventas, beneficio, deuda, retribución o valoración, una situación que deja al inversor sin referencias.
5. No defraudarás
El mercado no olvida y los inversores no perdonan una decepción, sobre todo si está relacionada con el dinero, como bien tienen que saber Iberdrola Renovables (IBR.MC ) o Renta Corporación (REN.MC ). Estas dos compañías defraudaron por dos motivos diferentes este año y el mercado las condenó.
En el primer caso, la filial verde de Iberdrola tuvo un resultado neto de 118 millones en 2007, frente a los 151 millones que esperaban los analistas. Este suspenso no pasó desapercibido y fue purgado con una caída superior al 6% en una sola sesión, que ya provoca un saldo negativo del 20% en 2008. Sin embargo, mayor contricción tuvo que realizar la inmobiliaria.
Después de recortar sus previsiones de beneficio para 2007, Renta anunció en tan sólo una semana que retrasaría en dos años el cumplimiento de su plan estratégico -por lo que también incumplió el segundo mandamiento-. Desde entonces, la cotización sufre una caída superior al 49% en el año.
6. No cometerás excesos compradores...
...Que no seas capaz de asumir. Los bajos tipos de interés de los últimos años han incentivado que las empresas crezcan en volumen mediante fusiones y adquisiciones, que en algunos casos duplicaban el tamaño del comprador. Sin embargo, el cambio crediticio ha provocado que estas compras sean ahora difíciles de digerir.
Una de las empresas que más ha incurrido en esta gula compradora ha sido Inmocaral (CAR.MC ), que se hizo con Colonial, cuando esta última valía en bolsa tres veces más que la primera. A este exceso se unió la adquisición del 15% del capital de FCC (FCC.MC ). Todo este abuso financiero no sólo tiene su propia penitencia con un desplome del 80% en el parqué desde máximos anuales, sino que además ha desencadenado que el 35% de la compañía acabe en manos de los bancos, ya que Luis Portillo no pudo hacer frente a su deuda personal.
7. No te estancarás
El objetivo de cualquier empresa es crecer de manera ordenada y de forma orgánica, por lo que la pasividad no se perdona en bolsa. Éste puede ser uno de los motivos por los que Campofrío (CPF.MC ) y Bodegas Riojanas han sido reprimidas en el mercado con un comportamiento plano en el último quinquenio. Las dos empresas han tenido crecimientos del beneficio bruto de explotación (ebitda) anual inferiores al 5% en los últimos cinco ejercicios, mientras que sus homólogas más comparables -Sos Cuétara (SOS.MC ) o CVNE(CUN.MC )-, han publicado incrementos superiores al 7% cada ejercicio.
8. No levantarás falsos testimonios ni mentiras
Mentir es feo y, sobre todo, si la calumnia va dirigida a los inversores. De esto puede saber un poco Joaquín Rivero, ex presidente de Metrovacesa (MVC.MC ), que pecó en el mercado al gritar a los cuatro vientos que no vendería sus acciones por menos de 120 euros, una declaración que se creyó la bolsa, pero que después incumplió tras recibir una opa por 85 euros por título. De hecho, ahora las entidades tasadoras creen que sus activos valen menos de 70 euros.
9. No consentirás 'maquillaje' en tus cuentas
La cuenta de resultados de una empresa es casi sagrada, pero cuando la situación económica no acompaña no es nada fácil vencer la tentación de retocar los resultados. Aunque el ejemplo más sonado es el de la estadounidense Enron -que se llevó por delante al auditor Arthur Andersen-, alguna que otra empresa española sí ha dado un susto a sus inversores en los últimos meses. Y si no que se lo pregunten a Astroc, que presentó unos beneficios en 2006 que después la auditoría tuvo que corregir, lo que provocó el desplome de su cotización.
10. No codiciarás más deuda de la que puedas digerir
La actual situación crediticia ha dejado a la luz los excesos que han realizado las compañías en su política de endeudamiento, una situación que ha puesto contra las cuerdas a más de una. Los ejemplos más palpables se han visto con las inmobiliarias, como Colonial y Fadesa-Martinsa (MTF.MC ), que en los últimos meses han protagonizado una dura pugna por conseguir refinanciación e incluso en el primer caso todavía está en el aire qué solución conseguirá para los 6.000 millones que debe a los bancos.
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